Cuando decimos ayuda nos referimos a aquella que podemos brindar cada uno desde nuestro lugar y en nuestro diario vivir, esto puede ser, al familiar más cercano, al compañero de trabajo, el profesor a su alumno, la enfermera a su paciente etc., Vamos a sintetizar así: "NO" a la indiferencia y "SI" a la disponibilidad, para quien en algún momento puede necesitar de nosotros, aunque sea nada mas y nada menos el desahogo de su malestar emocional.
Al poner en práctica la cualidades solo basta con tener en cuenta lo que "NO" debemos hacer cuando de ayudar se trata.En primer lugar "no debemos aconsejar", es una de las actitudes que generalmente estamos dispuestos a hacer, con esto haríamos sentirse desvalorizada a la persona, ya que alguien de afuera no puede saber mejor que la persona misma como resolver su problemática, lo más probable que alguien muy angustiado poco recuerde que se le dijo en su momento, pero si tendrá en cuenta como se sintió, cuando necesitó hablar de sus sentimientos.
Otra actitud a tener encuenta "no consolar" podemos encontrarnos con alguien que se sienta confundido por una decisión que debe tomar y no esta seguro si la que eligió será la correcta, de nada servirá que le digamos: eso está muy bien, si él no esta convencido de su actuar, de ayuda será acompañarlo en un nuevo replanteamiento de posibilidades y así descubrir por sus propios medios si es o no acertada su elección.
Una cualidad que encierra otras serien de "NO" quizás el mas importante es "aceptar" y esto significa aceptar en su totalidad, con todo lo que trae consigo, angustia, temor, preocupación, etc.El camino a seguir para este logro, es no juzgar, tampoco criticar, ni interpretar, no solo a la persona si no tampoco a sus actitudes ¿difícil verdad?... a menudo estamos rápidamente dispuestos a opinar si su actitud es la correcta, si es ó no honesta, si ha hecho bien en actuar de determinada manera, esto colabora a que una relación sea defectuosa imposibilitando de esa manera el acercamiento necesario en el momento de ayudar.
Para que este "aceptar" sea posible el camino a seguir es dejar de lado nuestro propio mundo interno y acompañarlo desde su lugar, respetando sus tiempos eso implica también sus silencios y ofrecer la libertad para que el comparta como pueda todo aquello que desea.
Y nos encontramos en mas de una ocasión que lo que tiene para compartir es su soledad e incomunicación.
Para finalizar nos quedamos con una reflexión, "Cuando la oportunidad surge hagamos con nuestra actitud que este sentir sea menos intenso y mas llevadero"
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